sábado, 13 de agosto de 2011

TEMAS DE ESPIRITUALIDAD

CONTENIDO:
1.- EL ALMA DE LOS SANTOS de San Alberto Hurtado. "La búsqueda de Dios"
2.- LOS VALORES MORALES EN EL MEXICO PREHISPANICO. Lic. Gustavo Ramírez "Temas de Matrimonio"
3.- LA CONCIENCIA MORAL. Teología moral para seglares
4.- LA CARIDAD Y LA VERDAD. Enciclica "Caritas in veritate"




1.- Del libro "La búsqueda de Dios" de San Alberto Hurtado
Ediciones Universidad Católica de Chile, Nov. 2005 pp. 217 y 218

EL ALMA DE LOS SANTOS
                Hombres que conservan su naturaleza humana innata, con todas sus características de educación, de herencia, de temperamento y de carácter personal. Conservan su tendencia a la mansedumbre, o a dominar; al sentido de lo ridículo o de lo sublime o ambos; a la timidez, o a la audacia, como cualquier OTRO SER. Si poseen una brillante inteligencia, lo santidad no los transforma en tontos, y al revés si sin individuos sencillos y humildes, no se convierten súbitamente en filósofos. ( Aplicación del principio de la teología clásica: La gracia no destruye la naturaleza, sino que la eleva y la perfecciona)
                ¿Qué cosa especial tienen los santos ?
                Creen y actúan conforme a sus creencias y creen, con una convicción absoluta, cosas que la mayor parte de nosotros no cree sino vagamente. No creen que este mundo sea una ilusión o un sueño, puesto que no lo es, pero saben que carece enteramente de sentido si está apartad de Dios, su Creador . Lejos de Dios, o no haremos absolutamente nada o seremos criminales. ¿Podríamos esperar llenos de confianza sino sabemos a dónde hemos de llegar, o que el término es la nada? No. Para el santo Dios es nuestro origen, nuestro fin y el medio que vivimos..
                Pero el santo vive en una elevación en una intensidad  perseverancia que nacen de algo mas: los santos saben que viven en Cristo, que en ellos vive Cristo (cf Gal 2,20). Ese don gratuito, que se llama gracia, se infunde en todo su ser y hace que obren en todo sobrenaturalizados. De ah{i, que casi instintivamente buscan ser semejantes a Cristo y tienden a desembarazarse de todo lo que pueda perturbar esa semejanza. No existe para un santo cosa alguna que lo mueva a trabajar para su fama, su riqueza, su confort. A no ser que quiera engañarse a sí mismo, tratará en primer lugar de obtener un aniquilamiento total, la humillación de su persona, la mayor pobreza posible, y, aún más, el sufrimiento. Porque aunque ningún cristiano rinda morbosamente culto al dolor como tal, sabe perfectamente que la vida de Cristo terminó y culminó en su Pasión  su terrible muerte, y se sentirá desgraciado, solo con ver que su vida se desarrolla tranquila y fácilmente. En una palabra, no son argumentos sino puro amor a Jesucristo, lo que hace al santo desear el sufrimiento por Cristo y juntamente con El (expresando la doctrina Ignaciana de la tercera manera de la humildad Cf. Una disparo a la eternidad pp. 287-290) Entrará cn Cristo en su agonía, sentirá quebrársele el corazón ante el gran pecado del mundo; ante la injusticia, la crueldad, la codicia y el orgullo; formas todas en que se expresa el culto de si mismo.
                De aquí las penitencias de los santos, de aquí sus misteriosas crucifixiones interiores. Ellos comprenden la vida, en sus lados buenos, perciben el inmenso dolor humano, pero en medio de todo, como la causa de todo mal, perciben el pecado que corrompe las almas y hace peligrar su eternidad. Por eso, el ungir a los leprosos y curar sus llagas, sus cuidados no se detenían allí sino que llegaban hasta el alama con sus miserias y pecados.
                Los santos son, pues, totalmente humanos, pero comienzan con lo primero: Dios; Dios revelado en Jesucristo. Ellos se conmueven al único fin del hombre: Dios; Dios alcanzado a traves de Cristo y por su mediación. Cristo es su Luz, de modo que no se engañan; Cristo es su camino, sin el cual se detendrían en la ociosidad; Cristo es su Alimento que, de no tenerlo desmayarán en tal larga jornada; Cristo es su Vida, aun ahora de modo que por El se convierten en los buenos pastores de las almas; Cristo es su Vida venidera, de modo que, viviendo en El, siguen obrando activamente entre los mortales.
                ¡Quiera Dios enviar santos a nuestra Patria y a nuestro siglo! Quiera Cristo obrar tan vivamente que el germen de santidad, que existe en todos los hombres llegue hasta donde puede realmente llegar, y nuestras vida se enriquezcan, y cristianicen a otros muchos elevándolos al plano de lo divino.
                ¡Señor dame almas! Suplica el Santo (referencia a la expresión de San Juan Bosco: Señor dame almas y quítame todo lo demás) debiera ser la oración de nuestro pobre mundo confundido y atormentando.



2.- Matrimonio
Del Libro Temas de matrimonio del Lic. Gustavo Ramírez


II.- LOS VALORES MORALES EN EL MEXICO PREHISPANICO


La importancia de este tema radica en el hecho de que San Juan Diego fue formado en su niñez y en su juventud bajo estos principios morales y espirituales de sus ancestro y perfeccionado su ser en la doctrina Católica cristiana
Presentación

Enriquece el presente trabajo una aportación hecha por una valiosa  Investigadora,  la Doctora en Historia, Verónica Rébsamen, a quien pedí, y gentilmente me concedió, elaborar una participación en éste trabajo, acerca de los valores morales en el México Prehispanico.
           
            El motivo es el siguiente, dentro del cúmulo de identidades que nos rodean, la propia (la mexicana) se encuentra rica en valores morales, que poseían nuestros ancestros, es por ello que al mezclarse con los valores cristianos, los valores de aquellos no son ajenos totalmente a la sabiduría de Dios Padre que nos fue comunicada por los primeros evangelizadores.

            Tuve contacto con esta cultura al través de un libro del Derecho Familiar en donde una preclaro jurista mexicano, destaca los valores de las civilizaciones de nuestro país.

            Tenemos mucho que aprender y reconocer, que dentro de la vida cotidiana de nuestras familias, aún subsisten estas costumbres –buenas por cierto- heredadas por tradición.

            Esta colaboración es un vínculo necesario para entender la idiosincrasia mexicana en el noviazgo. Desgraciadamente, en la actualidad imitamos culturas, que no son nuestras, donde se invita a los jóvenes a vivir su sexualidad en el noviazgo ilimitadamente.

            Los españoles, trajeron la evangelización, con ella los valores cristianos, pero con los conquistadores, llegaron conductas impropias e insanas. Esto, para entender lo valioso del aporte de este tema en especial, pues la conducta de las civilizaciones de nuestros antepasados eran superiores a las conductas de los conquistadores.

            Por lo que transcribo la colaboración, de esta insigne investigadora Celayense.

Introducción

En un contexto mundial reciente, numerosas organizaciones internacionales han dirigido la atención a ciertos valores que resulta de urgente necesidad fomentar, como son: la  consideración de todo ser vivo y el respeto por las diferentes estrategias de sobrevivencia, reivindicando toda pauta cultural que implique vivir en armonía con el entorno ambiental, así como al interior de las sociedades humanas.  En este marco de derechos del planeta los pueblos indígenas han sido detentores de enormes valores como lo evidencia su respeto a la madre tierra y a todas sus criaturas y recursos naturales.
 Según Anzures y Bolaños, el principio de la cosmovisión náhuatl (y en general la compartida por todos los pueblos indígenas de origen prehispánico) se caracteriza por un profundo respeto y veneración de los recursos del agua y de la tierra, recursos que, desde antaño, se consideraban un obsequio de los dioses “a quienes se pedía lo necesario para la existencia”, y en quienes recaía la facultad de castigar “todo abuso o transgresión de estos bienes[1].
 Otros autores[2], por su parte, han revisado numerosos mitos y rituales mesoamericanos que aún se conservan, en los que diferentes entidades sobrenaturales se encargan de proteger el medio ambiente. Conocidos como los “dueños” del paisaje, estos seres habitan por lo general en los árboles, rocas, cuevas, manantiales y cruces de caminos, destacándose actualmente los chaneques de Veracruz, los ahuatoton de Milpa Alta, los suateteos de Santa Ana Xamimilulco, la cihuapipil de Tlaxcalancingo,  y las nowayomo de los pueblos Zoques de Chiapas.
En el mundo indígena siempre ha prevalecido una ley (sobreentendida) de reciprocidad, que marca la relación entre hombre y Tierra, donde el primero se ve obligado a tomar de la tierra únicamente lo que necesita para vivir, con el compromiso de darle algo a cambio en señal de agradecimiento.
Pero los valores del México indígena no son exclusivamente ecológicos, también  encontramos numerosos comportamientos que sorprenden por la sensibilidad con que se atiende a ciertos sectores de la población, como es el caso de los ancianos. En la cultura náhuatl eran muy considerados los ancianos, no sólo por ser una población vulnerable, sino también porque se trata de un sector con un gran cúmulo de conocimientos, dados por la experiencia, que la comunidad entera puede aprovechar.

Los valores en la sociedad

Al llegar a los 52 años[3] las personas recibían un trato especial por llegar a una edad avanzada; tenían ciertas concesiones como la de beber pulque sin restricciones y no solamente en algunas fiestas religiosas; podían llegar a formar parte de consejos que eran consultados para asuntos comunitarios o para intervenir en las negociaciones que entre familias realizaban para emparentar.

Otro indicador de la deferencia que se daba a las personas mayores se presentaba en el lenguaje, mediante el uso de afijos (prefijos y sufijos) que denotan respeto. Dichos afijos (que se siguen utilizando actualmente) también se usan para referirse a los padres, a las personas con alta jerarquía y, en algunos casos, cuando se quiere evidenciar en la interlocución un especial afecto hacia la pareja o hacia algún pariente. El agregado lingüístico al que aludimos se denomina sistema reverencial u honorífico, y nunca se usa en primera persona porque se considera una falta grave de educación; es más, ni siquiera el gobernante principal mexica o Huey tlahtoani lo podía utilizar para referirse a sí mismo. Podemos decir que lo más parecido en español es la distinción entre el Tú y el Usted; sin embargo, no es un equivalente ya que en el náhuatl la modalidad reverencial afecta prácticamente a todas las entidades del lenguaje (verbos, adjetivos, adverbios, sustantivos, pronombres y otras locuciones)[4]

      Entre los miembros de la comunidad, sin lugar a dudas, era el anciano la persona que mejor conocía los tradicionales discursos ceremoniosos que se utilizaban en los eventos  especiales de la gente, debido a las tantas veces que los escuchó o pronunció a través de sus numerosos años.

 Los discursos referidos son denominados huehuetlahtolli, término que significa literalmente la palabra antigua (de huehue, viejo, y tlahtolli, palabra). En ellos se puede apreciar un alto contenido moral enunciado con un lenguaje elegante; retórica que sorprendió a los misioneros españoles, e hizo decir al mismo padre Sahagún que dichas palabras aprovecharían más que muchos sermones predicados en los púlpitos.

Los huehuetlahtolli que conocemos fueron recopilados a mediados del siglo XVI, y provienen de  Mexico-Tenochtitlan, Texcoco, Tepeyacac, Tlaxcala y Tepepulco. Algunos de ellos fueron alterados para insertárseles elementos cristianos, lo que no invalida la parte moral indígena que resulta muy estricta.

Varios de estos discursos contienen consejos de padres a sus hijos en momentos cruciales de la vida, pero también se han conservado otros igualmente ceremoniosos, que encierran: enseñanzas de maestros de oficios a sus aprendices, exhortaciones de señores gobernantes a sus vasallos, palabras de consuelo de médicos a sus enfermos, consejos para nobles que asumían un nuevo cargo de gobierno, etc.

 Como ejemplo de dichos discursos presentaré algunos fragmentos. En el primero, los padres exhortan a su hija a llevar una vida de disciplina y honestidad.

Tú, hija mía, preciosa como cuenta de oro y como pluma rica, salida de mis entrañas, a quien yo engendré, que eres mi sangre y mi imagen, que estás aquí presente, oye con atención lo que te quiero decir, porque ya tienes edad de discreción. […] es menester que sepas cómo has de vivir y cómo has de andar tu camino, porque el camino de este mundo es muy dificultoso. […] Aunque eres doncellita, eres preciosa como un chalchíhuitl, como un zafiro, y fuiste labrada y esculpida de noble sangre, de generosos parientes… bien lo entiendes, porque ya no andas amontonando la tierra y burlando con las texuelas y con la tierra con otras niñas, que ya entiendes y tienes discreción y usas de razón….Mira que no deshonres a tus pasados ni siembres estiércol y polvo encima de sus pinturas, que significan sus buenas obras y fama. Mira que no los infames. Mira que no te des al deleite carnal. Mira que no te arrojes sobre el estiércol y hediondez de la lujuria.[5]

El siguiente discurso es dirigido a un joven y proviene de los recopilados por fray Andrés de Olmos, dados a conocer por fray Juan Bautista de Viseo en su obra publicada en el año de 1600. En dicho huehuetlahtolli puede apreciarse que el respeto a las personas vulnerables, la consideración al otro y  la humildad, son valores destacados en la educación de la juventud.

Hijo mío, mi collar, mi pluma preciosa, has venido a la vida, has nacido, has venido a salir a la tierra, en la tierra del Señor Nuestro […] háblale bien a la gente, ruégale mucho a las personas, respétalas, témelas, obedécelas, ámalas, porque así vivirás, así estarás de pie. No sigas el camino ....de aquel… que anda embriagándose, que anda emborrachándose…[de aquel] que le levanta los hombros a su madre, a su padre… Y no te rías, no te burles, no hagas bromas del anciano, de la anciana o del enfermo, del de boca torcida, del ciego…o de quien frente a ti incurrió en faltas, de quien las cometió.[…] Y si te burlas de la gente, así, no saldrás humano. Con chile, con humo[6] verás la tierra. Cuando mueras, junto a tu orina, junto a tus heces entrarás[7]; tu labio, tu lengua los irás tostando[8].[…] Aun cuando eres como un jadecito, una turquesita, aun cuando eres como una plumita de quetzal, no de tu voluntad te envanezcas, te engrandezcas […] Y no sin consideración tomes algo, no así lo ambiciones, no a la ligera quieras aventajar a la gente, sobrepasarla en lo que no es tu mérito, en lo que no es tu merecimiento, en lo que no es un don para ti; no así lo tomes, lo cojas.[…] Y ahora, ya es todo. Ya me retiro, yo, tu madre, tu padre. Así te doy aliento, así te fortalezco, así te pongo barniz blanco, así te atavío con plumas […][9]

Tanto en el hogar como en la escuela (ya fuera el calmecac o el tepochcalli) se inculcaba a los jóvenes una rigidez disciplinaria que les formaba un carácter firme y sobrio, donde no tenía cabida la vanagloria, premiándoles comportamientos como el ser muy trabajador, obediente, humilde y dado al sacrificio (mediante ayunos, vigilia, represión sexual y automortificación[10]) [11].

En cuanto al trabajo aconseja un padre a su hijo:
Ya es bueno, ya es correcto que te cuides de las cosas mundanas; obra, trabaja, recoge leña, labra la tierra, siembra nopales, siembra magueyes; de eso beberás, comerás, vestirás; con ello ya te pondrás de pie, con ello ya vivirás; así serás mencionado, serás honrado; así te conocerán tu agua, tu comida[12], tus parientes.[13]

En esta otra cita, el padre exhorta al hijo a observar la vigilia y la obediencia:
Y réstame de decirte otras algunas cosas que te conviene mucho saber y encomendar a la memoria, las cuales recebimos de nuestros antepasados, y sería hacerlos injuria no te las decir todas. Lo primero es que seas muy cuidadoso de despertar y velar, y no duermas toda la noche, porque no se diga de ti que eres dormilón y perezoso y soñoliento. Mira que te levantes de noche, a la media noche, a orar y a suspirar y a demandar a nuestro señor que está en todo lugar, que es invisible e impalpable. Y tendrás cuidado de barrer el lugar donde están las imágines, y de ofrecerlas encienso. […] hijo mío, debes ser avisado, …no esperes a que dos veces te llamen. A la primera responde luego, y levántate luego… Y si alguno te enviare a alguna parte, ve corriendo, en un salto.[14]

Encomiando a su hijo a reprimirse sexualmente, le dice el padre:
No te arrojes a la mujer como el perro se arroja a lo que ha de comer; no te hayas a manera de perro en comer y tragar lo que le dan, dándote a las mujeres ante de tiempo. Aunque tengas apetito de mujer, resístete; resiste a tu corazón hasta que ya seas hombre perfecto y recio. Mira que el maguey, si lo abren de pequeño para quitarle la miel, ni tiene sustancia ni da miel, sino piérdese. Ante que abran al maguey para sacarle la miel le dexan crecer y venir a su perfectión, y entonce se saca la miel.[15]

La ideología implícita en el género del huehuetlahtolli privilegiaba los valores de la templanza y de la búsqueda del medio: “Yas oído lo que te he dicho; guarda en todas las cosa el medio”, le aconseja un padre a su hijo.[16] Un ponderado medio que tiene su paralelo en el pensamiento de la Grecia Antigua donde Horacio da a conocer la máxima Virtus est médium, que se traduce como “en el medio esta la virtud”, significando que la medianía es el justo balance que permite en la vida un camino de sabiduría, seguridad y comodidad evitando los extremos, un equilibrio entre dos vicios, uno que peca por el exceso y otro que lo hace por defecto.

En el libro de Sahagún que trata de la retórica y filosofía moral del mexica, encontramos varios discursos donde los padres aconsejan a sus hijos que guarden el medio en numerosos comportamientos, tanto en el hablar (ni muy alto, ni muy bajo), como en el vestir (ni muy ornamentado ni descuidado en demasía), tanto en el comer, como en el beber (no muy de prisa, ni muy lento, no en exceso, ni tampoco en muy poca cantidad). Inclusive, en el capítulo que trata de adagios, un poco más adelante del mismo libro VI, se registra un refrán que reza “tlacocualli monequi”, que traduce el fraile como “lo razonable es bueno”, y lo interpreta como “lo moderado conviene más en todas las cosas[17]

Es muy significativo que en los huehuetlahtolli para los jóvenes se presente con frecuencia la comparación de caminar por un sendero angosto y peligroso, donde cualquier tipo de desviación podía ocasionar una caída y llevar a la muerte.
[…] en este mundo es menester vivir con mucho aviso y recato…Acá en este mundo vamos por un camino muy angosto y muy alto y muy peligroso, que es como una loma alta, y que por lo alto della va un camino muy angosto, y a la una mano y a la otra está gran profundidad, hondura sin suelo. Y si te desviares del camino hacia la una mano o hacia la otra cayerás en aquel profundo. Por tanto, conviene con mucho tiento seguir el camino[18]

Un valor más en la cultura náhuatl es la limpieza. Si las urbes maravillaron a los europeos por su orden y limpieza, transportando agua potable por medio de acueductos como el de Chapultepec y canoas en las que los remadores hacían llegar el agua a lugares intrincados; igualmente sorprendían las conductas de limpieza personal que guardaba su población. La gente usaba con frecuencia del baño, tanto el de inmersión como el de vapor llamado temazcalli; y el uso de éstos era un asunto no sólo higiénico sino terapéutico y ceremonial.  En cuanto a los desechos corporales, fray Jerónimo de Mendieta señala la existencia de letrinas, y Cervantes de Salazar manifiesta que las calles se mantenían limpias porque no se echaban inmundicias en ellas,[19] mientras que en la Europa de la misma época todavía prevalecía la costumbre de arrojar los desechos humanos en las vías públicas.

Además, también es de destacarse cómo los pueblos nahuas eran muy afectos al aseo de manos y boca antes y después de comer, así como de acompañarse de numerosas normas de cortesía durante los convites como eran: la disposición de sentarse, hablar y comer según la edad y la jerarquía de los invitados; por lo menos así se describe en las ceremonias que los mercaderes acaudalados realizaban en sus casas antes de partir, y a su regreso de las expediciones de comercio.[20]

Otro rasgo que habla de la solidez en los valores nahuas es la gran estimación que esta cultura tuvo por las expresiones artísticas. El pueblo náhuatl, aunque guerrero, también era muy sensible ante la creatividad humana. Admiró la enorme valía de la arquitectura, escultura y pintura de las complejas culturas que le precedieron (principalmente de los teotihuacanos y toltecas), al grado de utilizar el término tolteca como un sinónimo de maestro hábil en las artes, fraguándose con dicha palabra una imagen o modelo de vida al que aspiraba quien quería consagrarse al arte.

Por su parte, los pueblos nahuas también llegaron a crear piezas artísticas de una gran originalidad y belleza, en materiales muy diversos, aunque el más sorprendente, por la dificultad que implica su trabajo, ha sido el labrado en piedra, y sobretodo las esculturas talladas en monolitos colosales como: la Coyolxauhqui, la Coatlicue, la Tlaltecuhtli y la Piedra del Sol, más conocida como Calendario Azteca.

Huelga decir que lo mencionado en este artículo no constituye ni todos los valores, ni tan siquiera aquellos que pudieran haber tenido mayor importancia entre los pueblos nahuas;  sino que únicamente se hizo una muy breve mención de algunas de las normas y comportamientos que ponen de manifiesto la gran sensibilidad y calidad moral de una cultura que ha sido más famosa por su ritualidad religiosa y su dominio político. Sin embargo, sólo una cultura con elevados valores podría concebir a las flores como un placer y una metáfora, convirtiéndolas en verbo y adjetivo[21], y experimentando con ellas una gran inspiración poética. Un breve ejemplo lo da el siguiente fragmento:

Tañe bellamente
tu tambor florido,
tú, cantor,
esa tu sonaja floreciente.
    ¡Espárzanse las flores perfumadas y blancas,
y derrámense las flores preciosas,
aquí junto a los tambores!
Gocémonos allí.[22]






[1] Anzures y Bolaños, “Tlaloc, Señor del monte y dueño de los animales. Testimonio de un mito de regulación ecológica”, en Historia de la religión en Mesoamérica y áreas afines, Barbro Dahlgre (Coord.), II Coloquio, México, UNAM, 1990,  p. 126.
[2] Como Armando Sánchez Reyes, José Antonio Tascón Mendoza, Diego Méndez Granados, etc.
[3] Una cuenta que determina un ciclo, ya que cada 52 años coinciden los dos calendarios: el agrícola y el augural, es decir, el de 365 días y el de 260, que se denominan Xiuhpohualli y Tonalpohualli, respectivamente.
[4] Johansson Patrick, La palabra, la imagen y el manuscrito. Lecturas indígenas de un texto pictórico en el siglo XVI, México, UNAM,  2004, pp. 77-78.
[5] Sahagún, Historia general de las cosas de Nueva España, Libro VI, Cáp. XVIII, México, CONACULTA,  2000, pp.553-557.
[6]Significa ‘padeceras’ (todo se te volverá oscuro)”, nota de los autores, en León-Portilla Miguel y Librado Silva Galeana, Huehuetlahtolli. Testimonios de la Antigua Palabra, México, SEP/FCE,  1991, p. 63.
[7]Significa ‘serás repudiado, escarnecido’ ”. Ibid.
[8]Significa ‘recibirás castigo’”. Ibid.
[9] León-Portilla Miguel y Librado Silva Galeana, Op. Cit.  pp.  49-86.
[10] La práctica del autosacrificio se daba con mayor frecuencia en el ámbito religioso, y sobretodo para las fiestas. También se llevaba a cabo en ciertos ritos de paso, mediante ayunos y sangrados como consta en los relatos que hablan de la penitencia de cuatro días que tenían que pasar los novios en su ceremonia de matrimonio (Sahagún, Op. Cit., p.301)
[11] La niñez y la juventud mexicas pertenecían a una cultura que privilegiaba la guerra como estrategia económica, debiendo preparar a las nuevas generaciones para combatir en cualquier momento; por lo que las estrategias de educación buscaban un mayor control social por parte de las autoridades religiosas y políticas
[12]Esta expresión poco frecuente, tiene el sentido de ‘serás reconocido en cuanto toca a tu sustento’”. Nota de León-Portilla y Silva Galeana, Op. Cit., p.73.
[13] Ibid., p.73
[14] Sahagún, Op. Cit., p. 576-577.
[15] Ibid., p.573.
[16] Ibid., p. 580.
[17] Ibid., p.665.
[18] Ibid., pp. 561-562.
[19] Mendieta y Cervantes de Salazar apud Rojas José Luis, México Tenochtitlan. Economía y sociedad en el siglo XVI, México, FCE, 1995, p.51.
[20] Sahagún, Op. Cit., pp.798-818.
[21] León-Portilla Miguel, “Las flores en la poesía Náhuatl” en la revista Arqueología Mexicana, Nº. 78, Vol XIII, Marzo-abril de 2006.
[22] Romance Nº 4, en Poesía Náhuatl I. Romances de los Señores de la Nueva España, Traducción de Angel María Garibay, México, UNAM, 2000, p.7.

3.- TEOLOGIA MORAL PARA SEGLARES

TEOLOGIA MORAL PARA SEGLARES


NATURALEZA DE LA TEOLOGIA MORAL

CONCEPTO O DEFINCION NOMINAL: Se forma de dos nombres:

UN SUBSTANTIVO Y UN ADJETIVO

a).- El sustantivo Teología, del griego TEOS= DIOS y LOGOS= TRATADO O ESTUDIO significa el “ Conocimiento de Dios bajo su propia razón de DEIDAD”
La doctrina Sagrada se llama “ Divina” o “ Teología” porque:
  • Procede de Dios
  • Trata de Dios y;
  • Conduce a Dios.

b).- El adjetivo “moral” lo derivan algunos del latìn –MOS-, -MORIS-= COSTUMBRE.

DEFINICION REAL.“ Es aquella parte de la Teología que trata de los actos humanos en orden al fin sobrenatural”. 


ELEMENTOS DE LA DEFINICION


A).- PARTE DE LA TEOLOGIA...
B).- QUE TRATA DE LOS ACTOS HUMANOS...
C).- EN ORDEN AL FIN SOBRENATURAL.

A).- PARTE DE LA TEOLOGIA.- Porque es la Teología Moral es una parte de la Teología única.

  B).- QUE TRATA DE LOS ACTOS HUMANOS.- Con el último fin, conocido por la Divina Revelación.
           
            C).- EN ORDEN AL FIN SOBRENATURAL.-
                        1).- Objeto formal.- Lo constituye el principal aspecto o razon de ser, Dios mismo, bajo su propia razón de Deidad conocida por la Divina Revelación.
                        2).-  La Teología Dogmática, estudia principalmente A DIOS en si mismo, y como principio de todo cuanto existe.
                        3).- La Teología Moral, le considera principalmente como último fin al que nos encaminamos mediante los actos sobrenaturales.
                        4).- La parte Dogmática se fija preferentemente en las verdades reveladas en cuanto constituyen el objeto de nuestra fe.
                        5).- La moral insiste sobre todo en el movimiento de la criatura racional hacia Dios a través principalmente de la virtud de la caridad.    
                        EL ACTO MORAL POR EXCELENCIA ES EL AMOR A DIOS.



RELACIONES CON LAS CIENCIAS AFINES

  1. TEOLOGIA DOGMATICA.- Toma la moral la mayor parte de sus principios de los que saca las consecuencias prácticas.
  2. TEOLOGIA ASCETICA y MISTICA.- La moral abarca todo el conjunto dela vida cristiana, aunque puede distinguirse en esa vida tres etapas en un solo camino:
LA CARIDAD INCIPIENTE, o sea de lo lícito e ilícito (vía purgativa, moral casuística)
      La CARIDAD PROFICIENTE, acompañada de las demás virtudes infusas (vía iluminativa, Teología ascética).
La CARIDAD PERFECTA bajo el influjo de los dones del Espíritu (vía unitiva)           
NO HAY ENTRE ESTAS TRES ETAPAS NINGUNA DIFERENCIA específica.

  1. TEOLOGIA PASTORAL.- Se relaciona proporcionando al Sacerdote, pastor de las almas, los principios fundamentales y normas prácticas que habrá de inculcarlas para llevarlas a su eterna felicidad.
  2. DERECHO CANONICO Y CIVIL
  3. ETICA O FILOSOFIA MORAL.- coincide en gran parte de su objeto material, aunque se distingue esencialmente de ella por su objeto formal.

IMPORTANCIA Y NECESIDAD DE LA TEOLOGIA MORAL

Se trata de encaminar los actos humanos a la conquista del último fin sobrenatural

FUENTES

La Teología moral debe hacer suyos todos los lugares teológicos además, los grandes principios de la ciencias filosóficas afines.

FUENTES PROPIAMENTE TEOLOGICAS
A.    LA SAGRADA ESCRITURA
B.     EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA
a.       LOS SANTOS PADRES
b.      LOS TEOLOGOS
c.       EL SENTIR DEL PUEBLO CRISTIANO

OTRAS FUENTES O FUENTES SUBSIDIARIAS
A.    LA RAZON NATURAL.- Debe prestar un gran servicio al moralista católico, la gracia no destruye jamás la naturaleza sino que viene siempre a completarla y engrandecerla.
B.     LA AUTORIDAD DE LOS FILOSOFOS.- Grandes filósofos paganos carecían de los luces de la fé, construyeron admirables sistemas éticos que apenas necesitan otra reforma que su trabajo y elevación al orden sobrenatural.
C.     LA HISTORIA.- Es la maestra de la vida, y ello no solo en el orden teórico, sino también y principalmente, en el práctico y normativo.
D.    EL DERECHO.- Imposible dar un paso en gran parte de cuestiones morales sin tener en cuenta las aportaciones del derecho natural y positivo.
E.     LA MEDICINA.- Le será imposible el moralista valorar con acierto el grado de responsabilidad moral de ciertos enfermos.
F.      LA PSICOLOGIA
G.    LA SOCIOLOGIA
H.    LAS CIENCIAS POLITICAS ECONOMICAS


EL METODO

  1. El escolástico o especulativo.- Es el método analítico deductivo

  1. El casuístico.- Es el sintético-inductivo. Este método tiene un inconveniente que convierte a la ciencia de las virtudes a practicar en la ciencia de los pecados a evitar.

  1. Ascético-Místico.- Adiestrarnos en la práctica de las virtudes. Es llamada también la Teología de la perfección Cristiana.


DIVISION DE LA TEOLOGIA MORAL


  1. MORAL FUNDAMENTAL.
  2. MORAL ESPECIAL
  3. LOS SACRAMENTOS

1. MORAL FUNDAMENTAL
      Casi todos siguen mas o menos de cerca el esquema de Santo Tomás de Aquino en la PRIMA SECUNDAE  de su maravillosa Summa Teologica.
      Comienza esta parte con el tratado del ultimo fin.
      Se estudian después los actos humanos en orden a la moralidad sobrenatural de los mismos.
      Luego vienen los tratados de la ley, es que la norma objetiva externa y remota de la moralidad, y de la CONCIENCIA, que representa la norma subjetiva interna y próxima de la misma.

CONCEPTO DE GRACIA SANTIFICANTE.- “Es el principio intrínseco de donde proceden nuestros actos sobrenaturales que obran a través de sus potencias operativas, que son las virtudes infusas y los dones del ESPIRITU SANTO. Es el fundamento de toda la moral positiva”.

      Dentro de la moral fundamental, también se estudia los pecados en general

            2. MORAL ESPECIAL.- Se encarga del estudio de las virtudes infusas y los pecados opuestos  a estas.
           
            CRITERIOS PRINCIPALES:
           
    1. Santo Tomás de Aquino.- Fundamenta su estudio en las virtudes Teologales y Cardinales, así como los vicios y pecados opuestos.
    2. San Alfonso María de Ligorio.- Funda su sistema en las virtudes Teologales y los del Decálogo y de la Iglesia.

3.- LOS SACRAMENTOS
Pertenece en gran parte a la Teología dogmática, ofrece sin embargo,  innumerables aspectos de índole práctica que caen de lleno en el campo de la Teología Moral.
      La Iglesia dice a éste respecto que: “ toda verdadera justicia empieza, o empezada se aumenta, o pérdida se repara con los Sacramentos”


EL PLAN DE ESTUDIO

  1. CON RELACION A DIOS
  2. CON RELACION A NOSOTROS MISMOS
  3. CON RELACION AL PROJIMO
    1. Considerando como Individuo
    2. Como miembro de nuestra familia
    3. Al prójimo organizado



1. CON RELACION A DIOS.- Todos nuestros deberes para EL están encerrados en TRES VIRTUDES TEOLOGALES (Fé, Esperanza y Caridad)

En la virtud  de la religión que tiene por objeto el culto divino. En la religión puede recogerse los tres primeros mandamientos de la Ley de Dios y los preceptos de la Iglesia.

2. CON RELACION A NOSOTROS MISMOS.- Se reduce a la virtud de la Caridad no la Fe ni la Esperanza, que se refiere exclusivamente a Dios. Y a tres de las virtudes cardinales: Prudencia, Fortaleza y Templanza. No la justicia que se refiere siempre al prójimo.

3.- CON RELACION AL PROJIMO.- La Caridad entre las Teologales y la Justicia, entre las Cardinales.
a.- Considerando como Individuo.- Vínculos de caridad y justicia, respetar su vida su cuerpo, su hacienda y su honor. (La materia preceptuada en el quinto, sexto y octavo mandamiento del decálogo)
b.- Como miembro de nuestra familia.- Tenemos la Caridad, Justicia y piedad. En el seno de la familia Cristiana cabe distinguir los deberes de esposos, padres, hijos y amos. En manera perteneciente al cuarto mandamiento.
c.- Al prójimo organizado.- Legal  y distributiva en sus modalidades secundarias o imperfectas (virtudes sociales y deberes sociales) LA CONCIENCIA

I.- LA CONCIENCIA EN GENERAL


            CONCEPTO.- Etimológicamente deviene del latín  CUM= Con y SCIENTIA= Conocimiento
            Tiene dos sentidos principales:
a.       CONCIENCIA PSICOLOGICA .- Expresa el conocimiento que el alma tiene de sí misma o de sus propios actos o también llamada
b.      CONCIENCIA MORAL.-  Nos sirve para designar el juicio del entendimiento práctico sobre la bondad o maldad de un acto que hemos realizado o vamos a realizar.

 II.- LA NATURALEZA


            DEFINICION DE CONCIENCIA MORAL.- El dictámen o juicio del entendimiento práctico acerca de la moralidad del acto que vamos a realizar o hemos realizado ya según los principios morales.


EXPLICACION DE LA DEFINICION.

            a. DICTAMEN O JUICIO DEL ENTENDIMIENTO PRACTICO.- La conciencia en efecto, no es una POTENCIA (como el entendimiento) o un hábito (como la ciencia), sino un acto producido por el entendimiento a través del hábito de la prudencia adquirida o infusa.
            Esta aplicación consiste en el dictamen o juicio del entendimiento práctico.
            La conciencia, pues, no es un  acto del entendimiento teórico o especulativo, ni de la voluntad.

b.      ACERCA DE LA MORALIDAD DEL ACTO.- En esto se distingue de la conciencia meramente psicológica. La conciencia moral es la regla SUBJETIVA de las costumbres.
Todo lo que la conciencia juzga como conforme a las justas leyes es un acto subjetivamente bueno o;
Al menos no malo; lo que juzga;
En cambio, disconforme con aquellas leyes es subjetivamente malo aunque acaso no contenga en sí mismo ninguna inmoralidad objetiva.

c. QUE VAMOS A REALIZAR O HEMOS REALIZADO YA.- el oficio propio y primario de la conciencia es juzgar el acto que vamos a realizar aquí y en éste momento; porque, como hemos dicho, es la regla próxima y subjetiva a lo que hemos de ajustar nuestra conducta. Pero, secundariamente, pertenece también a la conciencia juzgar el acto realizado.
La conciencia nos da testimonio (con su aprobación o su remordimiento) de la bondad o maldad del acto realizado.

 PRINCIPIOS MORALES.- La conciencia supone verdaderos los principios morales de la fé y de la razón natural y los aplica a un caso particular. No juzga los principios de la Ley Natural o Divina sino el acto que vamos a realizar se ajusta o no a aquellos principio. De donde se sigue que la conciencia en ningún modo es autónoma.






              Por razón del acto 
            Antecedente.- Si juzga del acto que va a realizar
                        Consiguiente.- Si juzga el acto que ya realizado

             Por razones de la conformidad con la Ley.
                        Verdadera.- Si coincide objetivamente con lo que la Ley ordena
                        Errónea.- Si no coincide objetivamente

              Por razones de Responsabilidad.-
            Recta.-(o inculpable), si se ajusta al dictamen de la propia razón
            Torcida.- (o culpable), si no se ajusta a ese dictámen
              Por razón del dictámen
                        Preceptiva.- Si manda realizar algo
                        Conciliativa.- Si lo aconseja
                        Permisiva.- Si lo permite
                        Prohibitiva.- Si lo prohíbe
              Por razón del asentimiento
                        Cierta.- Si da su dictamen con seguridad y sin miedo a  equiv.
                         Dudosa.-  si vacila sobre la licitud o ilicitud de una acción.
                         Perpleja.- Si le parece que peca en cualquier sentido que obre.
              Por razón del modo habitual de juzgar      
                        Escrupulosa.- Si cree que hay pecado donde no lo hay.
                          Delicada.- Si juzga rectamente hasta de los menores detalles
                        Laxa.- Si se inclina a la inobservancia por  futiles motivos.
                        Farisaica.- Si hace grande lo pequeño y pequeño lo grande.
                        Cauterizada.- Sino le preocupa ni los mayores crímenes.                


LA CONCIENCIA EN ESPECIAL

A.- CONCIENCIA ANTECEDENTE Y CONSIGUIENTE


CONCIENCIA ANTECEDENTE.- El dictámen de la conciencia antecedente resulta de un silogismo expreso o tácito en el que la premisa mayor es un principio general de moralidad; la menor es la aplicación de éste principio al acto que se va a realizar; y la conclusión es el fallo o dictámen de la propia conciencia.
CONCIENCIA CONSIGUIENTE.- Es la que recae sobre un acto ya realizado, desempeñando el papel de testigo y de juez.

San Agustín dice hermosamente: “La alegría de la buena conciencia es como un paraíso anticipado, mientras el remordimiento de la mala conciencia es como una antesala del infierno”

B.- CONCIENCIA VERDADERA Y ERRONEA

La verdad no es otra cosa que la adecuación del entendimiento a la realidad objetiva de las cosas; la falta de adecuación constituye el error.

I.- NOCIONES
            a. CONCIENCIA VERDADERA.- Es aquella que dictamina de acuerdo con los principios objetivos de la moralidad, rectamente aplicados al acto que se va a realizar.
b.- CONCIENCIA FALSA O ERRONEA.- Es la que no coincide con la verdad objetiva de las cosas, puede ser invencible o venciblemente  errónea.
                        CONCIENCIA ERRONEA INVENCIBLE.- Es aquella cuyo error no puede disiparse en modo alguno. Ya se porque no vino a la mente del que obra, ni siquiera en confuso, la menor duda sobre la licitud de aquella acción o porque, aunque le asaltó alguna duda, no pudo disiparla después de hacer todo cuanto pudo para ello.
                        CONCIENCIA ERRONEA VENCIBLE.- Es aquella cuyo error no se disipó por incuria o negligencia del que lo padecía ya que se advirtió de algún modo el error o al menos dudo si lo había, y, a pesar de ello, nada hizo o demasiado poco, para disiparlo.

II.- PRINCIPIOS FUNDAMENTALES.-
1.- La conciencia objetiva verdadera, es de suyo la única regla subjetiva y próxima de los actos humanos, la razón es porque solo esa clase de conciencia  incluye el verdadero y auténtico dictamen de la Ley eterna.
El hombre tiene obligación de poner todos los medios a su alcance para adquirir una Conciencia objetivamente verdadera los principales son:
a).- Cuidadosa diligencia en enterarse de las leyes que rigen la vida moral.
                        b).- Aconsejarse de los peritos (confesor, director espiritual)
                        c).- Oración.
                        d).- Remoción de los impedimentos que dificultan el juicio sereno e imparcial (las pasiones desordenadas, el egoísmo, las malas costumbres, etc.)

                        2.- La conciencia invenciblemente errónea puede ser accidentalmente regla subjetiva de los actos humanos, la razón es porque la conciencia invenciblemente errónea  es subjetivamente recta (aunque objetivamente sea equivocada) Unos ejemplos aclaran éstas ideas: el que crea sin la menor duda que es obligatorio mentir para salvar a un inocente (error invencible), está obligado a mentir y pecar si no lo hace; si cree sin la menor duda que está prohibido tal espectáculo inocente, peca si asiste a él.

3.- La conciencia venciblemente errónea nunca puede ser regla subjetiva de los actos humanos, sino que es obligatorio disipar el error antes de obrar.-
Regla práctica para el exámen de los actos en éste caso:
            a).- Si se advirtió alguna incidencia en la tal acción.
            b).- Si la conciencia dictó que era menester preguntar al confesor o alguna persona prudente.
            c).- Si se dejó preguntar por miedo o por vergüenza.

4.-  La conciencia invenciblemente errónea en la actualidad pero vendiblemente errónea en su causa excusa del pecado actual pero no del pecado en su causa.- Y así pecan más o menos en la causa:
            a.- El confesor que resuelve mal una caso de conciencia por su negligencia en el estudio o repaso de la teología moral.
            b.- El médico que perjudica o mata al enfermo por su desconocimiento culpable de la medicina.
            c.- El juez que falla injustamente por no haberse tomado la molestia de estudiar mejor las leyes.
           
            Afirmo que se halla en estado de condenación el confesor que sin ciencia suficiente se aventura a oír confesiones.
            Y lo mismo hay que decir salvando las distancias en la medida y grado de su negligencia de todo aquel que ejerce sin la suficiente preparación técnica una profesión que puede perjudicar gravemente a los demás.

C.- CONCIENCIA RECTA Y NO RECTA


            1.- NOCIONES
            CONCIENCIA RECTA, es la que se ajusta  al dictámen de la propia razón, aunque no coincida acaso, con la realidad objetiva de las cosas.
            CONCIENCIA NO RECTA.- Es la que no se ajusta al dictámen de la propia razón aunque coincida acaso con la verdad objetiva de las cosas.

            2.- PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
                        I.- LA CONCIENCIA RECTA, siempre ha de ser obedecida cuando manda o prohíbe y siempre puede seguirla cuando permite.
                        A).- LA SAGRADA ESCRITURA: Todo lo que no es según conciencia es pecado (Carta a los Romanos 14,23)
                        B).- EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA.- El Papa Inocencio III  decía: “Todo el que obra contra su conciencia edifica para el infierno”
                        C).- LA RAZON TEOLOGICA.- San Buenaventura expone hermosamente la razón cuando describe: “La conciencia es como el pregonero y embajador de Dios; y lo que nos dice, no lo manda como de parte de sí misma, sino de parte de Dios, como el pregonero cuando divulga el edicto del Rey”.
                        II.- NO ES LICITO JAMAS OBRAR CON CONCIENCIA NO RECTA.- O sea, contra el dictamen de la propia conciencia.


D.- CONCIENCIA PRECEPTIVA, CONCILIATIVA, PERMISIVA y PROHIBITIVA        

            Como sus mismos nombres indican la conciencia preceptiva es la que impone o manda alguna acción.
            La conciliativa, la que aconseja; la permisiva se limita a permitirla y la prohibitiva impone una obligación de omitirla.

E.- CONCIENCIA CIERTA, DUDOSA Y PERPLEJA.

a).- CONCIENCIA CIERTA

             NOCION
            CONCIENCIA CIERTA.- Es la que emite su dictámen de una manera categórica y firme, sin miedo a equivocarse

b).- CONCIENCIA DUDOSA
            NOCION
            CONCIENCIA DUDOSA.- Es la que vacila sobre la licitud o ilicitud de una acción sin determinarse a emitir su dictamen no es verdadera conciencia puesto que se abstiene de emitir un juicio; es el acto esencial de la conciencia.

c).- CONCIENCIA PERPLEJA
            NOCION
            CONCIENCIA PERPLEJA.- Se llama así la del que cree pecar tanto si realiza como si omite una determinada acción.


F.- CONCIENCIA ESCUPULOSA, DELICADA, LAXA, CAUTERIZADA Y FARISAICA

Por razón del modo habitual de juzgar:
            a.- LA CONCIENCIA ESCRUPULOSA.
NOCION.- La palabra escrúpulo viene del latín “escrupulus” que significa: “ pedrezuela”. Se designaba con ésta expresión una pesa pequeñísima que no hacía oscilar sino balanzas muy finas.
Por extensión se ha trasladado al terreno moral para designar un tipo de conciencia que se deja vencer por razones futiles y sin consistencia alguna.
Es aquella que por insuficientes y futiles motivos cree que hay pecado donde no lo hay o que es grave lo que solo es leve.
Se distingue de la conciencia delicada en que ésta atiende a los detalles mínimos, pero con serenidad y verdad; y de la errónea, en que ésta emita  un juicio falso, pero firme, mientras que la escrupulosa fluctúa continuamente sin llegar a un juicio estable.



                        SEÑALES.
                        a.- Miedo constante y perturbador a incurrir en un verdadero pecado si se permite ciertas cosas o acciones que ve realizar con toda tranquilidad de espíritu a otras personas prudentes y de buena conciencia.
b.- Nimia ansiedad sobre la validez o suficiencia de una buena acción, principalmente acerca de las confesiones pasadas o de los actos internos.
c.- Largas y minuciosas acusaciones de circunstancias que no vienen al caso y en las que el escrupuloso cree ver complementos indispensables cuando no la misma escencia de su pecado.
d).- Pertinacia de juicio en no tranquilizarse con las decisiones del confesor por miedo a no haberse explicado bien, a no haber sido comprendido, etc.lo que lo hace mudar con frecuencia de confesor y a querer renovar sus confesiones generales o la acusación de pecados sometidos ya multitud de veces al tribunal de la penitencia.
CLASES.- Generalmente abarca todo el campo de la conciencia y se refiere a toda clase de pecados en especial que se circunscribe a una determinada materia.
            CAUSAS.
            a.- CAUSA NATURAL.- Puramente natural de tipo físico o moral
I.- FISIOLÓGICAS, perturbación del sistema nervioso o cerebroespinal por enfermedad o herencia o atavismo, Temperamento, que a su vez puede ser Melancólico  predispuesto al pesimismo, o misántropo que huye del trato normal con las personas y de toda recreación honesta y  el temperamento obsesivo
II.- MORALES.- (Íntimamente relacionadas con las psicológicas).-  Tal     como una educación excesivamente rigorista, que, al sancionar severamente las             menores faltas, atemoriza y recoge el espíritu del educando, empujándolo hacia    los escrúpulos. La lectura de libros rigoristas en materia de moralidad. Oculta soberbia que hace preferir al propio criterio al de otras personas sensatas y prudentes.
III.- SOBRENATURALES.- A veces y aunque muy pocas, los escrúpulos proceden de una disposición del mismo Dios (valiéndose de causas naturalez o preternaturales) para ejercitar una alma en la paciencia, humildad y obediencia, o para efectos purificadores de sus pasadas faltas, o en vistas de un mayor incremento de perfección y Santidad. Tal ocurrió con San Ignacio de Loyola, San Francisco de Sales, y hasta con la Angelical Santa Teresita del Niño Jesús; pero tales escrúpulos no suelen durar mucho tiempo, menos toda la vida.
IV.- CAUSA PRENATURAL.- A veces, permitiéndolo Dios, es el demonio la causa de los escrúpulos actuando directamente sobre la imaginación y sensibilidad de sus pacientes. Trata con ello de perturbar la paz del alma para que no se entregue a los ejercicios de piedad o apostolado o de vengarse de ella si se trata de un alma muy avanzada en el camino de Dios. Cuando el demonio se convence que sus manejos resultan contraproducentes, abandona fácilmente un campo en el que se tiene perdida la partida.
                       
EFECTOS.- Pocas cosas resultan tan perjudiciales  al cuerpo y al alma como la terrible enfermedad de los escrúpulos.
a.- Perjudican al cuerpo.- empujándose hacia las enfermedades mentales y nerviosas o agravándolas  considerablemente si  ya se padecen (Delirium tremens) 
                        b.- Perjudican al alma.- Impidiéndole entregarse con tranquilidad y paz al            servio de Dios a quien ya no se mira como al mejor de los Padres que acoje con       infinita dulzura y misericordia al hijo pródigo que vuelve.
                        El alma se vuelve egoísta y desconfía de todo el mundo.
           
            REMEDIOS.
a.- Cuando un efecto de la permisión de Dios lo mejor es la perfecta conformidad con la voluntad Divina por todo el tiempo que sea de su Beneplácito.
b.- Cuando proceden de las acciones diabólicas siga la misma línea de conducta que acabamos de indicar y tenga paciencia que no tardará en volver la calma y serenidad.
                        c.- Cuando procede de causas puramente naturales el 95% de los casos.
Fisiológicamente se evitará con cuidado todo gasto inútil de energía vital sobre todo el exceso de trabajo: Los obsesionados en general, son seres rendidos de fatiga. Hay que evitar a toda costa la fatiga física, las emociones fuertes, la falta de sueño, la alimentación deficiente, la atmósfera malsana (locales cerrados, humo de carbón etc.)
El enfermo debe someterse a un regímen altamente reparador de sus energías vitales demostradas. Alimentación sana y abundante, reposo prolongado “ de 8 a 9 horas de sueño, ejercicios respiratorios al aire libre, gimnasia moderada, hidroterapia, medicamentos tonificantes, bajo el control del médico.
Psicológicamente tiene que rodearse de una atmósfera de tranquilidad y de paz, evitar el trato con personas meticulosas o rigoristas, no leer libro alguno que pueda excitarlo o emocionarle excesivamente, o aumentar sus preocupaciones. Ha de evitar a todo trance el desdoblamiento de sus ideas, su excesiva prolongación o rumiadura, el querer llegar a la certeza absoluta en todo cuanto hace.
PRESUPUESTOS.- Estos remedios neutralizadores, habrá que atacar directamente los escrúpulos mediante un acertados tratamiento de dirección espiritual.
El director procurará principalmente inspirar confianza al enfermo y exigir obediencia ciega, el enfermo, por su parte, se esforzará con el mayor empeño y energía en colaborar a su curación de la siguiente forma: Oración a Dios, pidiendo el remedio de su triste situación, aunque con plena sumisión a su Divina Voluntad; obediencia ciega a su Director, en el sentido y forma que acabamos de explicar. Fíese únicamente de él y no consultar a otros confesores ni consejeros.

b.- LA CONCIENCIA DELICADA.-
NOCION.- Es aquella que juzga rectamente de la moralidad de los actos humanos, extendiendo su mirada hasta los detalles más pequeños.

La conciencia delicada es altamente laudable y deseable. Mantenida dentro de sus justos límites (o sea sin dejarla desviar hacia la conciencia escrupulosa o rígida), presta grandes servicios al alma ayudándola a evitar hasta los pecados más mínimos, y empujándola hasta la grandes alturas de la perfección cristiana.

MEDIOS DE FOMENTARLA


            Recordar con frecuencia aunque sin angustia ni escrupulos, que Dios nos pedirá cuentas hasta de una palabra ociosa, (Mateo 12, 36) y nos ha recomendado en el Evangelio cumplir toda la Ley hasta en sus detalles más mínimos (Mateo 5, 18-19)
            Entregarse a Dios con el corazón dilatado por el amor, buscando unicamente su mayor gloria y el cumplimiento perfecto de su Divina Voluntad.

c.- LA CONCIENCIA LAXA
            NOCION Y DIVISION .- Es aquella que,  bajo futiles pretextos o razones del todo insuficientes, considera lícito o ilícito o leve lo grave.
            a.- POR RAZON DEL ACTO.- se divide en antecedentes y consiguiente.          
            b.- POR RAZON DE LA EXTENSION.- General o particular.

            CAUSA Y EFECTO DE LA CONCIENCIA LAXA.- La falta de fé viva en la grandeza de Dios y gravedad del pecado.
a.       Una vida muelle y sensual
b.      El descuido de la oración mental
c.       La falta absoluta de reflexión
d.      La Excesiva solicitud por las cosas mundanas y terrenas
e.       La costumbre de pecar que va disminuyendo el horror al pecado
f.       El ambiente frívolo y trato con personas superficiales y ligeras
g.      La lujuria sobre todo que entenebrece la claridad del juicio.

Conduce esta conciencia a un estado de insensibilidad espiritual absoluto.

            REMEDIOS
a.       Estudio serio de sus deberes y obligaciones en autores de toda responsabilidad y solvencia
b.      Huída de las ocasiones peligrosas, y trato con gente de buena conciencia.
c.       Examen cotidiano de conciencia, frecuencia de Sacramentos, lectura de Libros piadosos, oración humilde y perseverante.
d.      Practicar ejercicios espirituales. La experiencia ha demostrado que es el procedimiento más eficaz.

d.- CONCIENCIA CAUTERIZADA.
            Es aquella que, por la costumbre inveterada de pecar no le concede ya importancia alguna al pecado, y se entrega a él con toda tranquilidad y sin remordimiento alguno”

e.- LA CONCIENCIA FARISAICA
            Es mezcla de la conciencia escrupulosa y la Laxa.
            Es Aquella que hace grande lo pequeño y pequeño lo grande. A imitaciones de los fariseos del Evangelio cuela un mosquito y traga un camello (Mateo 23, 24).
            No tiene inconveniente en lanzar una calumnia o en cometer el gravísimo crimen del aborto voluntario pero le ocasionaría gran preocupación no asistir a Misa el Día de la Vírgen del Carmen aunque sea día de trabajo.
           
LOS SISTEMAS DE MORALIDAD
           
            A partir concretamente del siglo XVI han propuestos los moralistas unos cuantos sistemas de moralidad que tiene por objeto facilitar la ruda labor de transformar una duda especulativa o práctica en una certeza moral, al menos de orden práctico.

SISTEMAS
1.      TUCIORISMO ABSOLUTO
2.      TUCIORISMO MITIGADO
3.      PROBABILIRISMO
4.      AQUIPROBABILISMO
5.      COMPENSACIONISMO
6.      PROBABILISMO
7.      LAXISMO

CRITICA A LOS SISTEMAS
            Todos estos sistemas están organizados en torno a la mayor o menor probabilidad que presente una sentencia u opinión, a excepción del primero, que rechaza toda probabilidad y exige la sentencia cierta.

DIVERSOS ESTADOS DE LA MENTE EN RELACION A LA VERDAD

    a.- EN PURA POTENCIA

Potencia Negativa.- Nesciencia.- Ignora lo que no tiene obligación de saber
                Privativa.- Ignorancia.- Ignora lo que debería saber

      b. EN ACTO
                Imperfecto.
                               a.-  duda.-     
                         Negativa.- Carencia de razones por ambos lados
                          Positiva.- Igualdad de razones por ambos lados        
                               b.  sospecha.-    Opinión muy floja y vacilante
                               c.  Opinión.-      Asentimiento de la mente por motivo probable con miedo a equivocar
                Certeza.- Asentimiento firme
                               Intrínseca u objetiva por evidencia del objeto)
                                               Extrínseca o subjetiva ( por testimonio ajeno: FE)

               
LA OPINION Y SUS GRADOS DE PROBABILIDAD
            La opinión ocupa un grado intermedio entre la duda y la certeza. Consiste en el asentimiento de la mente  a una determinada proposición, pero con miedo a equivocarse, se diferencía de la duda en que en ésta no hay asentimiento alguno.
            La opinión se funda en la probabilidad, aunque son dos cosas realmente distintas.
La opinión es una estado mental, subjetivo.
La probabilidad es algo experimental, objetivo: Es cierta evidencia imperfecta del objeto, que atrae la mirada de la inteligencia.

ANALISIS DEL PROBABILIORISMO
            Es lícito seguir la opinión que favorece a la libertad con tal de que sea más probable que la que favorece a la Ley.

LA EDUCACION DE LA CONCIENCIA

Siendo la conciencia la regla próxima de nuestros actos morales y dependiendo de ella nuestra felicidad temporal y eterna de la moralidad de nuestras acciones, es de capital importancia la recta y Cristiana Educación de la conciencia.

            La educación de la conciencia se ha de hacer a base de una feliz conjunción de medios naturales y sobrenaturales, una verdadera y recta conciencia Cristiana.

  1. MEDIOS NATURALES
Los principales son tres:
    1. LA BUENA EDUCACION
    2. LA PERFECTA SINCERIDAD
    3. EL ESTUDIO PROFUNDO DE NUESTROS DEBERES Y OBLIGACIONES

a.       LA BUENA EDUCACION.
·         Hay que educar a los niños desde su más tierna edad la distinción entre el bien y el mal.
·         Eso es muy feo te va a llevar el demonio” con éstas frases se deforma con ello lamentablemente la conciencia de los niños.
·         Incúlquese la delicadeza más exquisita pero sin exagerar la nota; con peligro de hacerles como grave lo que solamente es leve.
·         Acostumbrarles a oír la voz de su propia conciencia que es el eco de la VOZ MISMA DE DIOS, sin obrar jamás contra ella, es preciso que aprendan a practicar el bien y huír del mal por propia convicción y no solo por la esperanza del premio o del temor del castigo.
·         Advertirles que en caso de duda, consulten a sus papás, o a sus maestros, o a su confesor; si esto no es posible, que se inclinen siempre a lo que crean que es más justo y recto, despreciando los consejos mal sanos que puedan darles alguno.

b.      LA PERFECTA SINCERIDAD EN TODO
La nobilísima y rarísima virtud de la sinceridad es de precio inestimable casi siempre la deformación de la misma no obedece a otra causa que a la falta de sinceridad para con DIOS, para con el prójimo y para con nosotros mismos. Hay que decir la verdad cueste lo que cueste, y presentarnos en todas partes tal como realmente somos, sin trastienda ni doblez alguna. Para ello es preciso, ante todo, conocerse tal como es en realidad y aceptar con lealtad el testimonio de la propia conciencia, que nos advierte inexorablemente nuestros fallos y defectos.

Hay que insistir en la práctica de la verdadera humildad de corazón, porque la humildad es la verdad. Reconocer nuestros defectos, combatir las ilusiones del amor propio, rectificar con frecuencia la intención, sentir horror instintivo a la mentira, al dolor, la simulación e hipocresía.

c.       EL ESTUDIO PROFUNDO DE NUESTROS DEBERES Y OBLIGACIONES.
La ignorancia y la ciencia a medias es un gran elemento para el falseamiento y deformación de la conciencia.
            Hacer un esfuerzo para adquirir la suficiente cultura moral que nos permita formar rectamente nuestra propia conciencia.

            No está obligado un seglar a poseer la ciencia de un doctor en Teología, pero sí la suficiente para gobernar sus acciones ordinarias dentro de sus respectivos deberes de estado y saber dudar y consultar cuando se presenta alguna ocasión más embarazosa y difícil.

  1. MEDIO SOBRENATURALES
Los principales son tres:
    1. LA ORACIÓN
    2. LA PRÁCTICA DE LA VIRTUD
    3. LA FRECUENTE CONFESIÓN SACRAMENTAL.

  1. LA ORACIÓN
Levantar con frecuencia el corazón a Dios para pedirle que nos ilumine en la recta apreciación de nuestros deberes para con Él, para con el prójimo y para con nosotros mismos. La Liturgia de la Iglesia está llena de está clase de peticiones.

  1. LA PRÁCTICA DE LA VIRTUD
La práctica intensa de la virtud establece una suerte de connaturaleza y simpatía con la rectitud de juicio y la conciencia más delicada y exquisita. San Pablo nos advierte que “el hombre animal no recibe las cosas del Espíritu de Dios” (1Cor 2,14a).

“El que obra mal aborrece la luz, y no viene a la luz para que sus obras no sean reprendidas”.(Jn 3, 20)

Esta es la razón del sentido moral tan maravillo y exquisito que se advierte en los grandes santos, aunque se trate de un Cura de Ars, que poseía tan escasos conocimientos teológicos. Es que, por la práctica de la virtud heroica, se han dejado dominar eternamente por el Espíritu Santo, que, en cierto sentido, les posee y gobierna con sus luces divinas,  haciéndoles penetrar hasta lo más hondo de Dios (1Cor 2,10).

  1. LA CONFESIÓN FRECUENTE
Ya que nos obliga a practicar un diligente examen previo para descubrir nuestras faltas y aumenta nuestras luces con los santos consejos del confesor, y nos empuja a una delicadeza y pureza de conciencia cada vez mayor.



Relación teológica entre la verdad y la caridad
en la Encíclica “Caritas in Veritate”


             La encíclica programática del pontificado de Juan Pablo II llevó el título-clave Redemptor hominis, que resonó en documentos posteriores (Redemptoris Mater, Redemptoris custos, Redemptorios missio...); la primera carta encíclica del Papa Benedicto XVI fue Deus caritas est, cuya onda expansiva hemos percibido en muchas intervenciones suyas y particularmente es manifiesta en las primeras palabras, explícitamente buscadas, de la presente encíclica Caritas in veritate sobre el desarrollo humano integral. Cuando una intuición es rica posee la capacidad de ofrecer perspectivas importantes en el tratamiento de diferentes cuestiones; sin duda éste es nuestro caso.

             La Introducción al cuerpo de la encíclica es relativamente larga, ya que, además de introducir al tema de la misma, a saber el desarrollo integral del hombre, enuncia la clave de lectura, explica los términos íntimamente referidos entre sí que iluminan todo el contenido, explicita el fundamento proporcionado por la caridad en la verdad para tratar el desarrollo integral en el momento actual de la humanidad, marcado por una fuerte crisis, por las condiciones nuevas de la globalización y por la necesidad de análisis sinceros y de proyectos adecuados a la magnitud y las características del desarrollo de todo el hombre y de todos los hombres. Para comprender la relación teológica entre caridad y verdad es básica e insustituible la lectura de la Introducción.


1.         Caridad y verdad en su identidad y mutua referencia

             En las aserciones siguientes se adelanta la que podemos denominar el fundamento y la tesis de la encíclica: “La caridad en la verdad es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad” (n. 1). “La caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia” (n. 2).

             La caridad, que es el término original cristiano para designar el amor, tiene en Dios su fuente, Jesucristo es su rostro personal, en persona Logos y Ágape, en quien se manifiesta y comunica el amor del Padre, y por el Espíritu Santo se derrama en nuestros corazones (cf. Rom 5,5). El don del amor recibido convierte al cristiano en sujeto viviente e instrumento dinámico del mismo amor en toda la red de sus relaciones. La misión de la Iglesia en el campo social tiene en esta especie de cascada de amor, que arranca del Padre, pasa por Jesucristo y su Espíritu y llega hasta nosotros, su origen, su fundamento, su impulso, su originalidad y su sentido. El anuncio de Jesucristo es para la Iglesia el primero y principal factor para contribuir al desarrollo. El Papa habla abiertamente en la encíclica de las señas de identidad de su discurso sobre las cuestiones sociales; habla a la luz de la fe cristiana y de la razón humana. La doctrina social de la Iglesia echa sus raíces en el misterio de Dios; desborda las consideraciones sobre el hombre y la sociedad.

             El término verdad, podemos decir, es la resultante de la revelación cristiana, de la que se citan algunas indicaciones bíblicas (cf. Mt 22,36-40; Jn 8,22; Jn 14,6; 1Cor 13,6; Ef 4,15; 1Jn 3,18), y de la comprensión generalizada de lo que entendemos por verdad. De nuevo aquí se encuentran en síntesis viva y armoniosa la fe cristiana y la razón. Fe y razón en su mutua interacción generan un amor inteligente y una comprensión amorosa, se fecundan mutuamente y también están llamadas a corregirse en las correspondientes patologías posibles. La fe busca entender y la razón en su ejercicio coherente con la dignidad del hombre desborda las dimensiones cuantitativas y empíricas para abrirse a las realidades del amor, de la esperanza, de la libertad... y para percibir que la misma razón confina con el misterio del hombre y con Dios.

             Tanto la caridad como la verdad deben ser purificadas a fin de que su utilización no quede oscurecida y lastrada por los prejuicios que impregnan a veces el ambiente social. La caridad no es contraria a la justicia ni se reduce a la esfera de las relaciones privadas ni equivale a un conjunto de buenos sentimientos encomiables pero marginales ni es una especie de sentimentalismo frecuentemente evasivo. Por su parte, la verdad no confiere a quien la reconoce y profesa un aire orgulloso, intransigente y seguro contra toda inclemencia. La acogida genuina de la verdad otorga humildad, claridad, valentía y respeto en sus modos de comunicarla. Frente al relativismo, que es una enfermedad muy difundida hoy como si nada fuera verdadero y consistente y todo resultara igual e intercambiable (cf. Fides et ratio, 5), la curación debe venir por la búsqueda incesante de la verdad, por su aceptación generosa cuando es hallada y por su defensa y promoción por las vías que le son naturales, que no son la imposición, la humillación y el desprecio autosuficiente. La encíclica remite constantemente al diálogo entre los hombres, que tiene mucho que ver tanto con el amor como con la verdad.

             La dualidad verdad y caridad, caridad y verdad, “veritas in caritate” y “caritas in veritate”, están arraigadas hondamente en la tradición cristiana. La Iglesia ha desarrollado desde el principio dos vías de transmisión del Evangelio: ha buscado el encuentro del Evangelio de la verdad (cf. Ef 1,13; Col 1,5; 2Tes 2,13-14) con las semillas de verdad y los forcejeos por recibir el resplandor de su luz desde los primeros pasos de la misión cristiana, por ejemplo en el mundo griego, y por el dinamismo del amor junto a los necesitados, que causó sorpresa en las sociedades paganas y fue una llamada vigorosa a la conversión. Son dos vías recorridas por Jesús (cf. Act 1,1) que mutuamente se refuerzan, como en la revelación las palabras y las obras (cf. Dei Verbum, 2), y que buscan la totalidad del hombre, mente y corazón. Esta dualidad de verdad y amor, que no dualismo ni líneas asíntotas, aparece también en el designio eterno de Dios y en su manifestación en la historia. “Quiso Dios, en su bondad y sabiduría, revelarse a sí mismo y manifestar el misterio de su voluntad (Ef 1,9) por Cristo” (Dei Verbum, 2. Cf. Lumen Gentium, 2; Denzinger-Hünermann 3004). Bellamente escribió San Agustín: “¡Oh eterna verdad y verdadera caridad y amada eternidad!” (Las Confesiones, VII, X, 16). La revelación de Dios por Cristo en el Espíritu Santo es automanifestación y autodonación, es decir, se nos muestra y se nos entrega, alumbra la mente con su luz y nutre el corazón con su amor. Nos creó con amor a su imagen, y nos trata como a amigos e hijos.

             El amor y la verdad tienen su origen en Dios, se realizan en la historia de la salvación de los hombres creados para la verdad y el amor, y de manera indisociable guían el auténtico desarrollo de los hombres. La caridad y la verdad se interaccionan mutuamente; incluso podemos decir que se constituyen al mismo tiempo, de modo que ni la verdad accede como complemento al amor ni el amor modula la verdad anteriormente fundada. No insistiremos suficientemente en esta recíproca interioridad para comprender el pensamiento de Benedicto XVI y en concreto para percibir el marco y las coordenadas de la encíclica “Caritas in veritate”. “El saber nunca es obra sólo de la inteligencia”. “Sin el saber, el hacer es ciego, y el saber es estéril sin el amor”. “La caridad no es una añadidura posterior, casi un apéndice al trabajo ya concluido de las diferentes disciplinas, sino que dialoga con ellas desde el principio. Las exigencias del amor no contradicen las de la razón” (n. 30). En esta mutua relación de verdad y caridad se debe entender el que la encíclica, quizá con sorpresa de muchos, hable en el contexto de las relaciones económicas y de mercado, de la “lógica del don”, del trato entre los partners de esas relaciones mercantiles guiado también por el principio de gratuidad (n. 36). ¿No es insólito unir las actividades económicas y la caridad? Si tenemos en cuenta que el auténtico desarrollo tiene rostro de personas, ya que no bastan los aspectos técnicos y colectivos, se comprende la insistencia en la dimensión antropológica de que está impregnada en todas sus páginas la encíclica. “La cuestión social se ha convertido radicalmente en una cuestión antropológica” (n. 75). El desarrollo auténticamente humano requiere conocer qué es el hombre, ya que sólo a la luz de la persona se pueden señalar los criterios de su desarrollo.

             El ser humano, varón y mujer, ha sido creado a imagen y semejanza de Dios (cf. Gén 1,26-27). Dios les ha mandado crecer y multiplicarse, y les ha encomendado cuidar y someter la tierra y dar nombre a los animales; en el reconocimiento de Dios como Creador y en el encargo de cultivar la tierra y hacerla fecunda se inserta la realidad del progreso humano, que es voluntad de Dios. Ni puede olvidar su dignidad personal compartida entre varón y mujer de ser imagen de Dios, ni puede esquilmar el mundo confiado a su responsabilidad o divinizarlo panteísticamente ya que es criatura; la tierra y el universo no es más ni menos que criatura de Dios. La encíclica habla, siguiendo a Populorum progressio de Pablo VI, de la vocación del hombre recibida de Dios. La vocación implica que el hombre esté enclavado en la trascendencia y que su vida en la historia y en las relaciones con los demás sea desarrollada como una misión bajo la mirada providencial y paternal de Dios. Desde el principio, en la Introducción que es como una “obertura”, se dice: “Amor y verdad nunca abandonan a los hombres completamente, porque son la vocación que Dios ha puesto en el corazón y en la mente del ser humano” (n. 1). A pesar de todos los oscurecimientos existe la búsqueda de la libertad, de la verdad y del amor, que deben guiar en el camino de la humanidad llamada a desarrollarse. Existe en el corazón del hombre una querencia básica e inolvidable por el amor y la verdad.


2.         La caridad en la verdad orienta el desarrollo de cada persona
             y de la humanidad

             El desarrollo integral de todo el hombre y de todos los hombres comporta que la persona sea respetada en su dignidad; que esté abierta a transmitir la vida (“la apertura a la vida está en el centro del verdadero desarrollo”, n. 28); que no se cierre a la trascendencia (“Dios es el garante del verdadero desarrollo del hombre”, n. 28); por esto, la promoción programada de la indiferencia religiosa mina el desarrollo genuino; que incluya la oración, la fe y la comunicación con Dios; que cultive la esperanza en la vida eterna (“sin la perspectiva de una vida eterna, el progreso humano en este mundo se queda sin aliento” n. 11); que se realice en las dimensiones profundas de la verdad y del amor. Estamos llamados los hombres a una vida iluminada por la sabiduría y a una ciencia enriquecida por la vida.

             Al colocar en esta perspectiva el desarrollo de los hombres y de la humanidad caben en la encíclica realidades que a veces no las integramos en el mismo dinamismo del desarrollo: “El libro de la naturaleza es uno e indivisible, tanto en lo que concierne al ambiente como a la vida, la sexualidad, el matrimonio, la familia, las relaciones sociales, en una palabra, el desarrollo humano integral” (n. 51). “La verdad del desarrollo consiste en su totalidad: si no es de todo el hombre y de todos los hombres, no es verdadero desarrollo” (n. 18). Todas las dimensiones del ser humano, materiales y espirituales, técnicas y morales, personales y sociales, de la mente y del corazón entran en el dinamismo querido por Dios. Y todos los hombres y mujeres son destinatarios del encargo divino de desarrollarse en la verdad y en la caridad; y todas las personas deben tener para su desarrollo las oportunidades adecuadas. Unas generaciones deben ser solidarias con las otras; la humanidad actual no puede olvidar en el cuidado y dominio de la creación a las generaciones futuras; los hombres que viven en sociedades más ricas no pueden desentenderse de los que habitan en condiciones más difíciles; por muchas razones hay hermanos nuestros que tienen el pan muy escaso, difícil e incierto. A la luz de la verdad y del amor se comprende lo que de manera penetrante dice la encíclica: “La sociedad cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos” (n. 19). No nos conformamos con la solidaridad, aspiramos a la fraternidad, ya que somos una misma familia de hijos e hijas de Dios. El amor, no sólo el conocimiento, falta con frecuencia a las sociedades para impulsar el desarrollo de todos los hombres, cercanos y distantes, el amor es fuerza movilizadora que abate las barreras levantadas por el egoísmo y la indiferencia. También en este sentido la caridad de Cristo nos urge ya que es acicate que mueve y exige (cf. 2Cor 5,14). El amor es inventivo, es decir, busca y encuentra las vías para dar cauce a su dinamismo en medio de la complejidad de la sociedad.

             La persona está hecha para el amor en la verdad, ya que lleva el sello de Dios que es Amor y Verdad. También “la naturaleza es expresión de un proyecto de amor y de verdad” (n. 48); está llamada a ser recapitulada en Cristo (cf. Ef 1,9-10; Col 1,19-20). Si el hombre por el pecado sometió a la frustración a la creación entera, también ella suspira por la “libertad gloriosa de los hijos de Dios” (cf. Rom 8,19-22). La naturaleza no es una realidad caótica, ni está a nuestra disposición para ser modelada a nuestro arbitrio. El poder dado por Dios al hombre de cuidarla y cultivarla (cf. Gen 2,15) debe respetar la “gramática” impresa en la naturaleza por el Creador con los criterios y la finalidad inherentes. Hay un designio que nos precede que debemos descubrir y reconocer, y que nos señala cómo debemos actuar. Considerar la naturaleza como creación de Dios nos prohíbe degradarla o divinizarla; y al mismo tiempo nos orienta en el camino para un desarrollo auténtico de la humanidad.

             Para percibir el sentido del desarrollo tanto en cada persona como en la humanidad es necesario leer el libro de la creación y aprender de él las indicaciones que contiene. Si la persona humana tiende por naturaleza a su propio desarrollo que tiene como norte la caridad y la verdad, sólo ateniéndose a estos grandes valores previos a su decisión hallará su genuina realización. Si pretendiera convertirse en el único creador de sí mismo y de los demás, alteraría el sentido de la existencia y se desorientaría. La libertad humana no es absoluta, es decir, no está desvinculada de un haz de valores como la verdad, el amor, el bien, la justicia, la solidaridad con los demás, etc. Forma parte de una constelación, saliéndose de la cual se convierte en una estrella errante. La libertad asentada en la verdad, y no arbitraria, debe buscar en su interior las normas fundamentales de una ley, que él no se ha dado, sino que Dios ha inscrito en su corazón (cf. Rom 2,15).

             La verdad, inherente a la caridad, hace a ésta comprensible a la persona, y además la hace comunicable entre los hombres, ya que en la verdad hay una luz que capacita la comprensión. La verdad es un “logos” que se abre al “diálogos” (cf. n. 4). Pues bien, por el logos del amor es posible el anuncio de la verdad que habita en él; y la comunicación que establece entre las personas hace que el amor desborde la intimidad y se abra a lo social, a lo público, a lo universal. La doble luz de la fe y de la razón muestra que el amor cristiano es vía de auténtico progreso que se debe considerar y tener en cuenta en el foro de la sociedad. “La verdad es la luz que da sentido y valor a la caridad” (n. 3). Los valores de fraternidad, de gratuidad, de primacía de la persona en las relaciones sociales y económicas emparentados con el amor cristiano pueden ser defendidos por la palabra proferida desde la verdad; no son ensoñaciones sino camino seguro de desarrollo. El desarrollo de la humanidad debe ser sostenido y alentado inseparablemente por los valores de la caridad y de la verdad.

             El diálogo entre personas, culturas y pueblos, en orden al desarrollo de la humanidad, tiene en la llamada ley natural, impresa por el Creador en la naturaleza humana, su norte y guía. ¿No necesita la humanidad dispersa por el mundo una base de comprensión, de convivencia, de reconocimiento de los mismos derechos, de trabajo convergente? “La ley moral universal es fundamento sólido de todo diálogo cultural, religioso y político, ayudando al pluralismo multiforme de las diversas culturas a que no se alejen de la búsqueda común de la verdad, del bien y de Dios” (n. 59).

             La encíclica, de una manera consecuente, va mostrando cómo la caridad en la verdad de Dios, cuya imagen visible es Jesucristo (cf. Col 1,15), emite constantemente luz en los diversos aspectos que configuran el desarrollo de cada persona y de la humanidad. Es una aportación excelente en el momento actual de la historia humana. Su alta calidad antropológica, el discernimiento respetuoso de los aspectos técnicos, y al mismo tiempo la proximidad atenta a las cuestiones, que cada persona puede sentir y pensar, hacen de la encíclica un servicio inestimable no sólo a los cristianos sino, como dice su encabezamiento, “a todos los hombres de buena voluntad”. El Dios revelado en Jesucristo no se recluye en la privacidad de la conciencia y el corazón de los fieles cristianos; su palabra y enseñanza poseen una extraordinaria significación pública. La encíclica profundiza en las raíces teológicas del desarrollo humano, muestra con precisión y belleza sus ricas características antropológicas y ofrece a todos luz y fuerza para trabajar por el auténtico desarrollo de cada persona y de la humanidad.


X Mons. Ricardo Blázquez
Obispo de Bilbao

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